Caza de brujas

Querida bisabuela:

Hace tiempo que me vengo acordando de tí y de todas las mujeres de tu tiempo.

De alguna manera, tus vivencias se pasean por mis células, por mis venas… de la misma forma que los que te quemaron en la hoguera también se pasean por el ADN de sus descendientes, o quizás del mio propio.

Supongo, desde mi ignorancia, que el dolor fue brutal, que las heridas sangrantes, se han quedado abiertas pendientes de una reconciliación, o tal vez, a la humanidad se nos escapó aprender de aquello para permitir la evolución; se me ocurre que ha tenido que ser eso, para que ahora, en plena era tecnológica, y con la “cultura” al alcance de la mano, con un montón de argumentos que nos mantienen cada vez más convencidos de ser seres “civilizados” estemos viviendo de nuevo “tu inquisición” silenciosa y a gritos.

Querida bisabuela, ¿en qué punto nos habremos despistado para retroceder tanto en la evolución y tener que repetir lo mismo?

Querida bisabuela

En algún lugar he escuchado tu leyenda, decían que hablabas con los árboles y que con algunos de ellos curabas dolencias, que cultivabas plantas para luego usarlas con las enfermedades del pueblo, ¡realmente asombroso! Sin internet ni prospectos.

Milagrosamente tomabas no sé que del sauce y el dolor de cabeza desaparecía. No te lo vas a creer, pero luego, el motivo de tu muerte se convirtió en un clásico de la ciencia y lo llamaron “aspirina” y las hierbas pasaron a comprarse en tiendas libremente.

Algunos se pararon a investigar lo que tú y tu gente usabais y de ahí la ciencia aprendió tanto que surgieron las medicinas, sí, como lo oyes, un gran invento; ya se podían curar miles de enfermedades gracias a vosotras/os.

Hasta se consiguieron sanadores a disposición del pueblo, los llamaron: “médicos”, fue increíble durante mucho tiempo, hasta que unas “sectas” empezaron a robar al pueblo de aquí y de allá, robaron tanto que esos médicos públicos están en extinción por falta de recursos.

La gente recordó las enseñanzas de tu tiempo y retomó los escritos de tus sabios, consiguiendo volver a las técnicas naturales de antaño para reforzar a nuestros contemporáneos médicos, lo que parecía un éxito, duro poco; las «sectas» de las que te hablo, son los gobernantes de esta era evolutiva que tan bien podríamos estar aprovechando, y que, sin embargo, nos han enfrentado con el único afán de una autodestrucción. De entrada como tampoco les salió del todo exitoso, ahora optaron por la nueva inquisición, donde médicos y terapeutas corremos el riesgo de la hoguera, dejando libres tan solo a la medicina privada, asegurando así el diagnóstico de un pueblo pobre y enfermo.

Querida bisabuela

Mi orgullo, mi sangre, mi maestra, tú, mi gran bisabuela, portadora de una vida que llegó a mí, tú fuiste víctima de esa misma atrocidad, por favor ayúdame, si puedes. Ayúdanos a entender y aprender lo que haya quedado pendiente.

Ilumínanos el camino de reconciliación que tanta falta nos hace. No más karma de este tipo.

Mi gran bisabuela, te honro, honro tu historia, tu dolor, tu luz y la de la gente de tu tiempo.  

Gracias por el legado que nos habéis dejado.

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